Jesús, de los 12 a los 30 años de edad

“En el Nuevo Testamento, la cortina del silencio desciende sobre la vida de Jesús después de los doce años y no vuelve a alzarse hasta dieciocho años más tarde, cuando recibe el bautismo de Juan y comienza a predicar antes las multitudes. Únicamente se nos dice: ‘Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres’. (Lucas 2:52). El hecho de que los contemporáneos de un personaje tan excepcional como Jesús, no hayan encontrado nada digno de ser mencionado por escrito, desde la niñez hasta el trigésimo año de su vida es, en sí mismo, extraordinario. Sin embargo, existen efectivamente relatos notables acerca de Jesús, pero no en su país de origen, sino más hacia Oriente, en aquellos lugares donde pasó la mayor parte del periodo sobre el cual se carece de datos.” (Págs. 9-10. “El Yoga de Jesús”. Paramahansa Yogananda).
Jesús es conocido en Oriente como el Santo Issa.

En 1887, el corresponsal de guerra ruso Nikolái Notovich visitó India y Tíbet. Afirmó que, en la lamasería o monasterio de Hemis, en Ladakh, oyó hablar de un manuscrito sobre la ‘Vida del Santo Issa, el Mejor de los Hijos de Hombres’. Issa es el nombre árabe de Jesús. Su historia, junto con un texto traducido de la ‘Vida del Santo Issa’, fue publicada en francés en 1894, con el nombre de ‘La vida secreta de Jesús’, y subsiguientemente traducida al inglés, alemán, español, e italiano.

Varios autores han tomado estos relatos y los han ampliado en sus obras. Por ejemplo, en su libro ‘Los Años Perdidos de Jesús: Prueba Documental del Viaje de 17 años de Jesús a Oriente’, Elizabeth Clare Prophet se refiere a los escritos budistas que prueban que Jesús viajó a través de India, Nepal, Ladakh y Tíbet. (“Wikipedia. Años perdidos de Jesús”).
“Textos sobre Jesús en la India.

- En 1887 el viajero ruso Nikolái Notovich encontró un texto tibetano (copia del original del Monasterio de Marbour, cerca de Lhasa, escrito originalmente en Pali), durante sus visitas a Ladakh. Y a pesar de la oposición de los cristianos europeos, logró publicarlo. La autenticidad del libro fue atacada, e incluso los monjes del monasterio de Hemis, donde Notovich había visto el manuscrito, llegaron a negarlo.
- Swami Abhedananda y Swami Trigunatitananda, discípulos de Sri Ramakrishna y misioneros de la Vedanta, visitaron el monasterio de Hemis, donde los monjes no sólo tradujeron a Swami Abhedananda el texto, y éste lo contrastó más tarde con el libro de Notovich, que era idéntico: ‘La vida secreta de Jesús’.
- Swami Trigunatitananda no solamente vio el manuscrito de Hemis, sino dos pinturas de Jesús. Una era una conversación con una mujer samaritana en un pozo. En la otra, Jesús estaba meditando en un bosque himalayo, rodeado de animales salvajes, que quedaron domesticados sólo con su presencia.

- El Dr. Nikolái Roerich, erudito, filósofo, artista y explorador, también encontró el mismo texto cuando viajó a Ladakh, y más tarde escribió su propia versión, en su libro ‘El Corazón de Asia’.
- También Henrietta Merrick, en su libro ‘El Ático del Mundo’ habla de los expedientes secretos de Jesús: ‘En Leh se halla la leyenda de Jesús, también llamado Isha, y en el monasterio de Hemis, se guardan los preciosos documentos donde se habla de los felices días en India, donde predicó’.
Muchos son los testimonios que revelan que Jesús estudió el dharma budista y el hindú. Cuando Swami Abhedananda estuvo en el Monasterio de Hemis, el abad le dijo que aunque sus discípulos le vieran ascender a los cielos, había vuelto a India, donde vivió con los yoguis himalayos durante muchos años.” (“Interpretando el mensaje de Jesús. Basado en el escrito de Könchok Puma: ‘Un Yogui llamado Jesús de Nazaret’. Publicado en la Revista: ‘Yoga Jornal’. España. Número 16”).
Según las Crónicas de los Rosacruces.

“Los archivos rosacruces de los países extranjeros que abarcan las crónicas de los esenios, nazarenos y nazaritas, y las de la Gran Fraternidad Blanca en el Tíbet, India y Egipto, han sido siempre fuentes de conocimiento para el experto investigador de la historia de todos los Avatares, y especialmente de la de Jesús. […]
El joven Jesús quedo al cuidado de dos magos [sacerdotes del zoroastrismo o mazdeísmo], que vinieron al Carmelo, con objeto de llevarlo a su primera lejana escuela y lugar de experiencia. Dicen las crónicas, que se le permitió a Jesús pasar una semana con Sus padres en Galilea, mientras los magos hacían los preparativos y consultaban con los profesores de la escuela del Carmelo. También instruyeron a los padres de Jesús respecto de lo que debían esperar y lo que debían hacer durante la ausencia de Su Hijo. Asimismo refieren las crónicas, que cuando Jesús y los magos salieron de Galilea, se efectuó una ceremonia esenia en una asamblea privada, y sin llamar la atención de la gente, los magos y Jesús, junto con otros que iban a corta distancia por el mismo camino. Partieron en caravana en dirección a la ciudad de Yáganat, ciudad ubicada en la costa oriental de India, llamada hoy Puri y que durante siglos había sido centro del más puro budismo. […]
En una montaña de las cercanías de la ciudad había una escuela o monasterio en que se guardaban antiguos escritos budistas, y allí residían los más doctos instructores de las doctrinas de Buda. Según las crónicas, permaneció Jesús poco más de un año en aquella escuela monástica y se familiarizó con las enseñanzas y rituales del budismo. Del monasterio de Yáganat, pasó Jesús a visitar el valle del Ganges, y se detuvo algunos meses en Benarés. Conviene advertir, que por entonces, aún no se había trasladado a Lhasa, en el Tíbet, el monasterio y la sede central de la Gran Fraternidad Blanca. […]

Después de visitar otras partes de India, con objeto de conocer el arte, legislación y cultura de los pueblos, regresó Jesús al monasterio de Yáganat, donde estuvo otros dos años. Tales adelantos hizo en el estudio, que le nombraron instructor en la villa de Katak, donde tuvo la oportunidad de familiarizarse con el arte de enseñar por medio de parábolas. A consecuencia de Sus relaciones con los eminentes instructores de Benarés, recibió Jesús la visita de una alta dignidad sacerdotal de Lahore. […]
Refieren algunas crónicas antiguas que terminados Sus estudios del budismo y del hinduismo en India, se marcho Jesús a Lhasa, en el Tíbet; en donde conoció al famoso Meng-ste, considerado como el mayor de todos los sabios budistas. El sabio indio le reveló a Jesús muchas de las lecciones secretas que contenían los manuscritos. Jesús regresó a Yáganat, y posteriormente se fue a Persia. Era Persépolis la capital de la antigua Persia y la sede de los magos de aquel país, llamados Hor, Lun y Mer. Uno de ellos, ya muy viejo, era uno de los tres que habían visitado al Infante al nacer en la cueva esenia y le habían ofrendado dones del monasterio de Persia. […]

Después de un año de estancia en Persia, Jesús y los magos se encaminaron hacia la región del Éufrates, donde se relacionó con los más ilustres sabios de Asiria y magos de otros países, que vinieron a verle y oírle, pues ya había llamado la atención como intérprete de las leyes espirituales de un modo mas místico y comprensible. Largo tiempo permaneció Jesús en las ciudades y poblaciones de Caldea y Mesopotamia. De aquel país marcharon Jesús y los magos a las ruinas de Babilonia y estuvieron algún tiempo examinando los derruidos templos, las arruinadas puertas y los desiertos palacios. […]
De Babilonia pasaron Jesús y los magos a Grecia, donde se relacionó con algunos filósofos atenienses y estuvo bajo la personal dirección y cuidado de Apolo, quien le enseñó las antiguas crónicas de la sabiduría griega. Al cabo de pocos meses embarcó con rumbo a Alejandría. En esta ciudad solo estuvo el tiempo suficiente para conversar con los especiales mensajeros que habían ido a saludarle, y también visitó alguno de los antiguos santuarios. De alii paso a Heliópolis. En este punto de Su vida, comenzó a prepararse para obtener los grados superiores de la Gran Fraternidad Blanca. […]
Para que un Iniciado en la Gran Fraternidad Blanca proclamara públicamente las enseñanzas que habrían de ilustrar a la civilización y contribuir al gradual adelanto de la humanidad, tenía que someterse a pruebas, que evidenciaran sus merecimientos para representar dignamente a la Fraternidad y que le prepararan para las pruebas que inevitablemente había de sufrir durante su Misión. Así vemos ahora a Jesús en el trance de su final preparación, dispuesto a sufrir las pruebas y recibir la iniciación en el grado de Maestro que lo capacitaría para cumplir en el mundo la Misión que se le tenía cósmica y divinamente ordenada. Cuando Jesús estuvo dispuesto a ingresar en el colegio superior y monasterio de la Fraternidad en Heliópolis, supo que el primer requisito eran tres meses de meditación, estudio y oración en la quietud de Su casa; durante los cuales se relacionarían con Él psíquicamente, a nivel mental, algunos eminentes maestros de la Fraternidad.” (Págs. 12; 134-147. “Biblioteca Rosacruz. La Vida Mística de Jesús”. H. Spencer Lewis).

Las 7 Iniciaciones de Jesús, para obtener el Título Honorífico de El Cristo.

Jesús como un Gran Iniciado, se convirtió en El Cristo.

Jesús en el Templo de Heliópolis, en Egipto: “Se efectuó la ceremonia final, durante la que ciñeron con regia Diadema la frente de Jesús, diciéndole que ya no era neófito ni siquiera un par entre los Maestros de la Fraternidad, sino el mayor de todos ellos. […] Terminado el acto, los dignatarios y miembros del Consejo Supremo rodearon a Jesús, que había sido reconocido como El Cristo y le tributaron homenaje y le proclamaron la Encarnación del Verbo o ‘el viviente Logos’. […] Al día siguiente salieron mensajeros desde todos los puntos de Egipto en dirección a los países donde había ramas de la Fraternidad para comunicarles la venida del Salvador y el comienzo de Su redentora Misión. Uno de los mensajeros era Juan, miembro de la comunidad esenia de Palestina, que había estudiado en las escuelas de Egipto y preparándose allí para su Misión en la vida. Se sabía que era la reencarnación de Elías, y fue enviado a Palestina, la tierra en que siglos antes había servido como Avatar, cuidando del monasterio del Carmelo. Su Misión, como la de los demás mensajeros enviados a otros países, era proclamar la venida del Cristo. Así, todas las personas fueron preparadas para la venida del Señor, al recibir oportunamente la noticia del comienzo de la magna obra de Jesús El Cristo.” (Págs. 157-159. “Biblioteca Rosacruz. La Vida Mística de Jesús”. H. Spencer Lewis).
INRI, un Emblema Iniciático Universal.

EL Avatar de esta Era de Acuario el Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère, nos refiere lo siguiente: “Este I.N.R.I. que se encuentra en todos los problemas Iniciáticos, está también incorporado en la física kabbalística, así como en los principios esotéricos de la investigación hacia la Identificación. Es como el sello divino, que marca los nombres donde se encuentran encarnados los Sacramentos Superiores. Simboliza los 4 elementos en Hebreo: IAMMIN (El Agua), NOUR (el Fuego), ROUAH (el Aire), IABESHEH (la Tierra), generalmente interpretado por el axioma latino: ‘IGNE NATURA RENOVATUR INTEGRA’, (Es por el Fuego que se renueva la Naturaleza), lo cual puede ser comprendido como un emblema de la Transmutación. No es exactamente por una ‘Coincidencia’ que el Gran Nazareno haya sido crucificado con esta inscripción.

Dejemos a los ocultistas el cuidado de descubrir el misterio, en cuanto al mecanismo esotérico de estas 4 letras, como por ejemplo, el valor de la ‘I’, según los alfabetos Sagrados que le dan el poder de la ‘J’ o de la ‘Y’. Así la traducción: ‘Jesús Nazareno Rey de los Judíos’ está lejos de ser equivocada, pero se podría decir mejor todavía: ‘Jeshú el Nazarith Rey de los Iniciados’ o igualmente ‘Yoghi Nazareum Rex Initiatus’. Por otra parte, estas 4 letras se encuentran en el nombre de otros Grandes Instructores tales como IQUYNGARI (iquYNgaRI), el Rey de los Tarascos en la Ciudad de Petatzécuaro*, en la antigua civilización mexicana. El Popol-Vuh, Libro Sagrado de los Maya-Quichés, habla de HUNAHPU en los términos de ‘Jefe Niño Rey de la Justicia’ (en donde vemos una vez más aparecer las iníciales I.N.R.I.).
*Es el nombre original de Pátzcuaro; del purépecha que significa: “La puerta del cielo” o el “Lugar donde los dioses ascienden y descienden”.

En fin este Tetragrama se encuentra en las diversas enseñanzas y la unificación de estos axiomas demuestra, una vez más y para siempre, el trabajo de transmutación que se debe de hacer sobre sí mismo, ya sea mediante la Fe o mediante la energía consciente como resultado de un verdadero razonamiento, pero siempre con la finalidad de una AUTO-REALIZACION, en otras palabras, el YUG. La YOGA es, ciertamente, el sistema más antiguo que proporciona la lección necesaria para la obra que se ha de realizar sobre sí mismo, para la reintegración en la Conciencia Universal.” (Págs. 11-12. “Los Propósitos Psicológicos. Tomo III. Principios sobre la Verdad y El Misterio de los Números”).

“El Maha-Yoga, el Yoga de Jesús de Nazaret, es la promesa de un Maestro que, como Buda, Rama, Krishna, Muhammad, apareció como Yogui en un momento crítico de la historia, para iluminar a la humanidad y encender las ascuas de la espiritualidad.” (“Un Yogui llamado Jesús de Nazaret”. Escrito por Könchok Puma. Publicado en la Revista: Yoga Journal España. Número 16).

Finalizo recordando las palabras del Gran Yogui Paramahansa Yogananda: “Una copa pequeña no puede contener en su interior un océano. Del mismo modo, la copa de la conciencia humana, al hallarse limitada por la mediación física y mental de las percepciones materiales, no se encuentra en condiciones de captar la Conciencia Crística universal, por muy deseosa que esté de hacerlo. Mediante el uso de la precisa ciencia de la meditación, conocida durante milenios por los sabios y yoghis de la India y, también, por Jesús, todo buscador de Dios puede expandir la capacidad de su conciencia hasta hacerla omnisciente y recibir dentro de sí la Inteligencia Universal de Dios”. (Pág. 7. “El Yoga de Jesús”).
Eduardo Rafael Flores Zazueta