¿Existieron un solo continente y una lengua común?

Sí existió un supercontinente en el pasado geológico de la Tierra, conocido como Pangea. En cuanto a una sola lengua, existe la hipótesis lingüística que sugiere un ancestro común para todos los idiomas humanos, denominada protomundo o proto-sapiens. Veámoslos con mayor detenimiento.
La Pangea, una sola masa continental.

“Pangea fue el gran supercontinente que existió al final de la era Paleozoica y comienzos de la era Mesozoica que agrupaba la mayor parte de las tierras emergidas del planeta. Se formó por el movimiento de las placas tectónicas, que hace unos 335 millones de años unió todos los continentes anteriores en uno solo; posteriormente, hace unos 175 millones de años, comenzó a fracturarse y a dispersarse hasta alcanzar la situación actual de los continentes, en un proceso que aún continúa. Este nombre, aparentemente usado por primera vez por el alemán Alfred Wegener, principal autor de la teoría de la deriva continental en 1912, procede del prefijo griego ‘pan’ que significa ‘todo’ y de la palabra en griego ‘gea’ que es ‘suelo’ o ‘tierra’y significaría ‘toda la tierra’.” (“Wikipedia. Pangea”).
La deriva continental.

“La deriva continental es el desplazamiento de las grandes masas continentales unas respecto a otras. Esta hipótesis fue desarrollada en 1912 por el alemán Alfred Wegener a partir de diversas observaciones empírico-racionales, pero no fue hasta la década de 1960, con el desarrollo de la tectónica de placas, cuando pudo explicarse de manera adecuada el movimiento de los continentes.” (“Wikipedia. Deriva continental”). “Las cordilleras se forman principalmente a través de la colisión de placas tectónicas en un proceso llamado orogenia. Esta colisión ejerce una enorme presión, lo que hace que la corteza terrestre se pliegue, se comprima y se levante, creando cadenas montañosas lineales de gran altitud. Ejemplos notables incluyen el Himalaya y los Andes.” (“Univisión. Cómo se forman las cordilleras”).
Durante la construcción de la “Torre de Babel”, existió una sola lengua.

“La Torre de Babel (en hebreo: Migdal Babel; en griego antiguo, Pirgos tēs Babel), es una edificación mencionada en la Biblia. El relato está dirigido a explicar por qué los pueblos del mundo hablan diferentes lenguas. (“Wikipedia. Torre de Babel”). “La torre de Babel. Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.” (A.T. Génesis 11:1-9).
La Monogénesis.

“La monogénesis indica un origen único de las lenguas del mundo, todas las lenguas actuales se habrían formado mediante el cambio lingüístico a partir de una primera que se fue diferenciando en lenguas ininteligibles. El primer científico serio en publicarla fue el lingüista italiano Alfredo Trombetti, en el libro ‘L’Unità d’origine del linguaggio’, publicado en 1905. Más modernamente Greenberg y Ruhlen, partidarios de la monogénesis, sostienen que en las lenguas modernas existen suficientes evidencias para reconstruir parte de la lengua originaria o protomundo o protosapiens.” (“Wikipedia. Monogénesis y poligénesis lingüística”).
Los lingüistas lo confirman.

“Una familia de lenguas o familia lingüística es un grupo de idiomas con un origen histórico común y emparentados filogenéticamente, es decir, parecen derivar de una lengua más antigua o lengua madre común (protolengua). La comparación sistemática de las lenguas del mundo mediante los métodos de la lingüística histórica ha permitido probar que la mayoría de las lenguas no son lenguas aisladas filogenéticamente, sino que entre ellas forman grupos o familias. Frecuentemente dentro de una familia es posible reconstruir fidedignamente el origen común o «protolengua madre» de dicha familia. El estudio sistemático de muchas familias ha permitido reconstruir las diversas protolenguas o lenguas ancestrales que por diversificación habrían dado lugar a diversas familias. Dicha reconstrucción parte de las similitudes observadas entre las lenguas de una misma familia y trata de determinar qué palabras o características gramaticales son el resultado de la herencia del ancestro lingüístico común o protolengua.” (“Wikipedia. Familia de lenguas”).
Coincidencias lingüísticas.

- “Las raíces indoeuropeas ‘arg’ (blanco, brillante) y ‘bhel’ (brillar), están emparentadas con las de otras muchas lenguas: sánscrito, arko; tocario, arci; vasco, argi; eslavo, bel; lituano, baltas; turco, beyaz; japonés, byaku; chino, bai.
- La palabra ‘muerte’ ofrece asimismo pasmosas coincidencias a nivel universal: sánscrito, mrta; Avesto, mrete; latín, mors; egipcio, mut; bereber, muth; hebreo, mut; árabe, mawt; arameo, mota; sirio, mawto.
- Ahora fijémonos en la raíz del numeral ‘siete’: latín, septem; gótico, sibun; sánscrito, saptan; tocario, spat; árabe, sab; hebreo, seva; sirio, savo; húngaro, set; tuareg, sa; copto, sasf; swahili, saba; camboyano, satta; malayo, sapta.
- Y seguidamente la palabra ’Dios’: griego, Theos; latín, Deus; germano, Teiwa, o Tiwaz (antiguo nombre de Odín); sánscrito, Dewan; aymará, Tia; náhuatl, Teotl; dialecto Orinoco, Theos; chino, Tien; malayo, Tuan.” (“Gestae. Galería. Enigmas”). Esta fue la fuente de la que obtuve la información años atrás, pero ya no existe la página.
Un Conocimiento Universal.

El Francmasón, Dr. en Arquitectura y expedicionario británico Augustus Le Plongeon, en su controvertido libro, “La Masonería y los Misterios Sagrados entre los Mayas y Quichés, hace 11500 años”, escribió: “En mi obra ‘La reina Moo y la Esfinge egipcia’ he demostrado que, cuando las leyendas de que van acompañadas varias de las imágenes de los dioses egipcios se interpretan por medio del lenguaje maya, se descubre que Mayax es el lugar en donde nació la civilización egipcia.

El antiguo alfabeto hierático de los mayas descubierto por mí es tan semejante al antiguo alfabeto hierático de los egipcios cómo es posible que lo sean dos alfabetos, por lo cual es forzoso llegar a la conclusión de que los mayas y egipcios aprendieron el arte de la escritura de unos mismos maestros o que los egipcios lo aprendieron de los mayas. Todo viene en apoyo de nuestra hipótesis de que las ideas cosmogónicas tuvieron su origen entre los mayas, quienes las enseñaron a las demás naciones en que encontramos su nombre.” (Págs. 137-138. Op. cit).

El origen único de las Tradiciones Esotéricas y Culturales.

- Muchas Tradiciones indígenas del mundo hablan de un origen primordial, un tiempo en que la humanidad hablaba un solo idioma o estaba en una unidad espacial sagrada antes de la dispersión.
- En el Hermetismo Occidental y en la Astrología Tradicional se contempla la idea de una unidad primordial (una “lengua del cielo”, un “continente sagrado”) de la cual todo procede.
- Desde el Chamanismo y las Medicinas Ancestrales Mesoamericanas, la idea de un lugar de origen (como un centro u “ombligo” del mundo) y de una lengua o conocimiento arquetípico es recurrente. Se pueden interpretar simbólicamente como un estado original de la Conciencia Humana.
Un Lenguaje Sagrado Universal.

Con relación al Principio Creador, el Avatar de esta Era de Acuario, el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière escribió: “La palabra sagrada AUM, que es mencionada en los Vedas, se traduce por los tibetanos como HUM, es el AMEN de los egipcios (en hebreo significa seguro, sincero) que los musulmanes han convertido en AMIN. El AMEN no proviene de ‘ame’ (alma), como los franceses podrían creer, sino de una palabra difícilmente explicable que aparece en el Apocalipsis, Cap. III, vers. 14: “El Amén, el testigo fiel y verdadero, el comienzo de la creación de Dios”; es en cierto modo el Soplo, el Prana, la primera manifestación”. (Pág. 280. “Yug, Yoga, Yoghismo. Una Mathesis de Psicología”).
Eduardo Rafael Flores Zazueta