De Tonantzin a la Virgen de Guadalupe

De Tonantzin a la Virgen de Guadalupe

“La conexión entre Tonantzin Coatlicue y la Virgen de Guadalupe es un sincretismo religioso* clave en México, donde los españoles reubicaron el culto a la diosa madre mexica (Tonantzin Coatlicue) en el Tepeyac, sitio sagrado para los nahuas, fusionando la devoción a la madre tierra prehispánica con la figura de la Virgen María, para facilitar la evangelización, creando una poderosa imagen maternal que unió tradiciones indígenas y católicas en una nueva fe mestiza.” (“TV Azteca. ¿Sabías que la Virgen de Guadalupe comparte raíces con la diosa azteca Tonantzin?”).

*”El sincretismo religioso es la fusión de dos o más tradiciones religiosas, creando un nuevo sistema de creencias o incorporando elementos de una a otra; es común en contextos de conquista o intercambio cultural.” (“Wikipedia. Sincretismo religioso”).

Las raíces históricas, culturales y religiosas de la Virgen Madre Mexica, siguen presentes.

“Antes de la llegada de los españoles a lo que ahora se conoce como México, el Cerro del Tepeyac [del náhuatl, Tepeyacac que significa ‘en la nariz del cerro’ o ‘en la punta del monte’], en donde hoy se rinde culto a la Virgen de Guadalupe, era un santuario perteneciente a la diosa azteca Tonantzin Coatlicue: dos palabras que en náhuatl significan ‘nuestra madre’ y ‘falda de serpientes’, respectivamente.

Cuenta la historia escrita a mediados del siglo XVI, que la Virgen de Guadalupe se le apareció al joven azteca convertido al cristianismo Juan Diego Cuauhtlatoatzin [del náhuatl, “el que habla como águila”], cuando iba a camino a buscar a un cura que le aplicara los santos óleos a su tío moribundo. Juan Diego pasaba, precisamente, por el Cerro del Tepeyac donde se encontraba el templo de Tonantzin Coatlicue. La Virgen le pidió al joven que fuese al palacio del obispo Fray Juan de Zumárraga para que el franciscano español le erigiera un templo y le aseguró que su tío ya estaba curado; todo esto, según lo relatado por el propio Juan Diego*. Se le apareció cuatro veces y, en su última aparición, en la tilma o manta, fue estampada de forma mágica la imagen de la Virgen. Eso sucedió el 12 de diciembre de 1531, diez años después de que Cortés conquistara la ciudad de Tenochtitlán.

*Nican Mopohua (del náhuatl, Nikan Mopowa, ‘Aquí Se Narra’), es un relato en lengua náhuatl de las apariciones de la Virgen María en México, bajo la advocación de Guadalupe, que tuvieron lugar en el Cerro del Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México. El título proviene de las dos primeras palabras de la narración. Según el consenso académico, fue redactado en 1556, por Antonio Valeriano (1520-1605), quien dijo escucharlo del propio Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548), quien había presenciado la aparición.” (“Wikipedia. Nican mopohua”).

Resulta que Hernán Cortés también veneraba a una Virgen de Guadalupe, patrona de su natal Extremadura desde el siglo XIII, y desde el 12 de octubre de 1928 es, además, la ‘Reina de la Hispanidad’. Es decir, es una virgen que se venera como patrona del proceso de conquista en España. En su momento, Cortés llevó un estandarte con la Virgen de Guadalupe extremeña al territorio azteca – ya convertido en Nueva España- y aunque las imágenes de las vírgenes de México y de España muestran algunas diferencias, también hay importantes e interesantes similitudes.

La relación entre las dos vírgenes ha sido objeto de disputas entre México y España a lo largo de la historia porque, al parecer, los mexicanos niegan que se trate de una imagen que también fue impuesta por los conquistadores. En cualquier caso, la Virgen mexicana parece ser una mestiza que tiene elementos de la española y también de la diosa azteca Coatlicue, la Madre Tierra de Tenochtitlán que, colmillos y serpientes aparte, también fue una protectora de su pueblo.” (“Yahoo Noticias. La diosa azteca Coatlicue que fue la ‘madre’ mucho antes de la aparición de la Virgen de Guadalupe”).

“Tonantzin Coatlicue.

  • Su significado. ‘Nuestra Venerable Madre (Tonantzin) de la Falda de Serpientes (Coatlicue)’. Una poderosa diosa mexica de la tierra, la vida y la muerte; madre de dioses como Huitzilopochtli, que simboliza la dualidad de la naturaleza, capaz de crear y destruir. Su icónica falda de serpientes representa la tierra misma y sus ciclos, mientras que su figura completa (pechos caídos, collar de manos y corazones, con garras), encarna la fertilidad, la nutrición, la muerte y la regeneración constante.
  • Diosa de la Tierra. Es la Madre Tierra, la que da vida y recibe a los muertos.
  • Dualidad. Su rostro bicéfalo de serpientes simboliza la tierra y el cielo, la creación y la destrucción.
  • Fertilidad y muerte. Los pechos caídos son símbolo de la lactancia y la maternidad, mientras que el collar de manos y corazones representa el ciclo de devorar y renacer.
  • Ciclo de la vida. Sus garras en pies y manos representan el poder para arar la tierra y la inevitable muerte de los seres vivos.
  • Importancia cultural. Era una de las deidades más importantes, adorada en el Cerro del Tepeyac; el lugar que luego sería asociado con la Virgen de Guadalupe, reforzando la conexión entre la figura materna ancestral [embarazada por una pluma de ave] y la figura guadalupana en la cultura mexicana.” (“Hilando Historias. Coatlicue Tonantzin, nuestra madre”).

“Similitudes y fusión.

  • Diosas madre. Ambas son diosas madre, protectoras y creadoras. Tonantzin (que significa ‘Nuestra Madre’), era una advocación de diosas madre como Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, figura central en el panteón mexica.
  • Lugar sagrado. Ambas son veneradas en el Cerro del Tepeyac, un sitio prehispánico de peregrinación dedicado a Tonantzin antes de la Conquista.
  • Concepción milagrosa. Coatlicue concibió a Huitzilopochtli, al recoger una pluma de ave que colocó en su seno; mientras María concibió a Jesús por el Espíritu Santo, ambos nacimientos de forma asexual y celestial, con un hijo que sería salvador.
  • Identidad maternal. Ambas figuras representan una identidad maternal fuerte y protectora para sus seguidores, consolidando un vínculo profundo con el pueblo indígena.

El proceso de sincretismo.

  • Sustitución y reubicación. Tras la Conquista, la figura de la Virgen de Guadalupe se presenta en el Tepeyac, el mismo lugar donde se adoraba a Tonantzin.
  • Adaptación de imagen. La imagen morena y oscura de la Guadalupe original era más cercana a la Tonantzin indígena, facilitando la identificación.
  • Fusión de creencias. Los evangelizadores aprovecharon la profunda devoción indígena por la diosa madre para introducir el catolicismo, adaptando los rituales y la devoción hacia la nueva figura mariana.
  • Creación de una nueva fe. Esta fusión permitió a los indígenas mantener elementos de su cosmovisión mientras adoptaban la fe católica, dando origen a expresiones religiosas únicas en México, donde Tonantzin y Guadalupe coexisten en el imaginario popular como ‘Nuestra Madrecita’.

En esencia, la Virgen de Guadalupe se convirtió en la versión católica de Tonantzin, una forma de integrar y transformar las creencias ancestrales mexicas dentro de la nueva fe impuesta, manteniendo vivo el culto a la madre divina en un nuevo contexto.” (“TV Azteca. ¿Sabías que la Virgen de Guadalupe comparte raíces con la diosa azteca Tonanzin?”). De manera concluyente, así fue como lo escribió el analista geopolítico, el Dr. Alfredo Jalife-Rahme: “Los mexicanos, cuya aplastante mayoría, más que católica, es guadalupana”.

Descubrimientos extraordinarios en la imagen de la Virgen de Guadalupe.

“La imagen de la Virgen de Guadalupe esconde descubrimientos extraordinarios, como figuras humanas en sus ojos (Juan Diego, Fray Juan de Zumárraga y otros) magnificadas con tecnología; un manto con estrellas que coincide con el cielo de 1531 y que parece no tener pinceladas; una temperatura constante de 36.6°C (cuerpo humano), y una durabilidad inexplicable de la tela de maguey casi 500 años después, además de auto-reparaciones del tejido ante daños con ácido o explosiones, todo lo cual desafía explicaciones científicas convencionales.

Fenómenos físicos y materiales.

  • Ausencia de pinceladas. La imagen no muestra trazos de pintura; los colores parecen ‘flotar’ sobre la fibra de maguey, como si fueran luz misma, según estudios con láser, sin usar pigmentos conocidos.
  • Temperatura constante. La tilma mantiene una temperatura de 36.6°C, similar a un cuerpo humano vivo, algo inexplicable para un tejido tan antiguo.
  • Durabilidad milagrosa. El ayate de maguey, que debería durar décadas, ha permanecido casi 500 años sin deteriorarse significativamente, e incluso se reparó tras derrames de ácido nítrico y una explosión cercana.
  • Efectos ópticos en los ojos. Los ojos reflejan los efectos de refracción de la luz como un ojo humano vivo, mostrando pequeñas figuras que parecen capturar el momento de la aparición, según estudios con alta magnificación.

Simbología cósmica y cultural.

  • Estrellas en el Manto. Las 46 estrellas en el manto corresponden a la configuración astronómica del cielo sobre México en el solsticio de invierno de 1531, incluyendo constelaciones como Virgo, como si se viera desde el espacio.
  • Símbolos Aztecas. El color turquesa del manto (de emperatriz), la cinta negra (embarazo), y la flor de cuatro pétalos (Nahui Ollin, el Sol) conectan directamente con la cosmovisión indígena, convirtiendo la imagen en un ‘libro abierto’ para ellos.

Figuras ocultas en los ojos.

  • El códice en los ojos. El Dr. José Aste Tonsmann, usando magnificaciones extremas, identificó hasta 13 figuras humanas en las pupilas, incluyendo a Juan Diego, Fray Juan de Zumárraga, un hombre barbudo y una mujer de rasgos africanos, capturando el instante de la revelación a los españoles.

Estos elementos son considerados por muchos como evidencias de un origen milagroso, demostrando que la imagen es mucho más que una pintura tradicional.” (“El Cronista. El mayor descubrimiento inédito en el manto de la Virgen de Guadalupe”).

Más allá de la devoción, la Virgen de Guadalupe es un Símbolo de Identidad Nacional.

El escritor y conferencista mexicano Juan Miguel Zunzunegui dice, que la gran diferencia entre las dos Guadalupes es que la extremeña está cargando al niño, mientras que la mexicana está embarazada. “No ha dado a luz, la mujer dormida no ha dado a luz en México, el fruto sagrado sigue en el vientre de la madre tierra y nosotros los mexicanos no hemos logrado hacerlo nacer; seguramente, porque seguimos sin aceptar lo que somos, el pueblo hermosamente mestizo que es México y que no existiría sin los españoles, sin los cuales no tendríamos a nuestra Guadalupe” (“Yahoo Noticias. La diosa azteca Coatlicue que fue la ‘madre’ mucho antes de la aparición de la Virgen de Guadalupe”).

Eduardo Rafael Flores Zazueta

Un comentario en "De Tonantzin a la Virgen de Guadalupe"

  1. Buen sol Abuelo gracias,gracias,gracias por tan singular artículo como lo comento la sabiduría me éxtasis y lo anterior leído en su artículo tan profesional me permito scon sinceridad y admiración felicitarle y que su vida sea con grandeza bendiciones ,onrro con gran respeto a su espiritu
    Tlazocamati y Ometeotl 🔥🌹🌹🌹🌈😊🤗

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