¿Cómo se forman los Engramas o Bucles Neuronales?
“Entendemos por engramas, a las huellas cerebrales que nos dejan cada una de nuestras experiencias. Este proceso donde se forman pequeñas estructuras neuronales tras una sensación determinada, un evento impactante o una emoción imposible de olvidar.
A pesar de que en la actualidad nadie pone en duda la existencia de los engramas, el mecanismo por el cual llegan a formarse estas improntas cerebrales sigue siendo todo un misterio. Sabemos, por ejemplo, que cuando vivimos una experiencia con una alta tensión emocional, al instante se genera una estructura de interconexión neuronal estable, que influirá posteriormente en todo nuestro funcionamiento mental: pensamientos, emociones y conductas.
En la Neuropsicología.
El término engrama fue acuñado por Richard Semon [zoólogo y biólogo evolutivo alemán; un investigador de la memoria], e investigado posteriormente por Anton Pavlov, un científico conductista que nos aportó interesantes trabajos sobre el aprendizaje y la memoria. Hay quien ve los engramas como una especie ‘chips’ cerebrales; es decir, como registros en ‘nuestro disco duro’ que nos impulsan a reaccionar de una forma determinada. Podrían ser ellos quizá, los que articulen muchos de nuestros miedos; ellos los que nos empujen a reaccionar de un modo determinado ante ciertos estímulos, con base a una serie de engramas que se conformaron en nuestra infancia.
Los engramas y nuestros universos psíquicos.
Al día de hoy sabemos que gran parte de nuestra vida psíquica se construye sobre engramas. Cuando vemos una rosa, por ejemplo, experimentamos cierto deleite, porque de alguna manera anticipamos su olor, aunque este no nos llegue. Cuando nos tomamos una taza de chocolate, evocamos recuerdos de infancia, cuando escuchamos una música que nos es conocida, al instante experimentamos toda una serie de sensaciones de bienestar, de deleite y satisfacción.
Los engramas conforman nuestra conciencia y como las redes neurales que se van gestando a medida que experimentamos, son como anclajes que trazan todo lo que somos, lo que nos hace reaccionar, vibrar de miedo o de felicidad. Es materia orgánica y eléctrica organizada en base a nuestras interacciones. Sin embargo, para los neurólogos es todo un reto arrojar luz sobre cómo se produce este entramado ‘físico-químico-neural’, mediante qué vías sinápticas se gestan y qué tipo de neuronas son las que se organizan para formar un engrama.
Estudios recientes, como los llevados a cabo por los neurólogos Michele Pignatelli, Tomás J. Ryan y Susumu Tonegawa, nos revelan algo importante. Cuando nacemos nuestro cerebro ya está genéticamente dispuesto para que los engramas empiecen a activarse a los pocos segundos de llegar al mundo. Es como si cada uno de nosotros lleváramos un ordenador de fábrica, que, al ser ‘encendido’, empezara a instalar su propio software. Para que esa programación sea la más óptima, la más resistente a la vez que ágil y eficaz, necesitamos que nuestras primeras experiencias, las de infancia, sean lo suficientemente estimulantes y positivas. De ese modo, nuestros primeros engramas neuronales serán cimientos cargados de energía, improntas de recuerdos y aprendizajes motivadores con los que potenciar al máximo nuestro desarrollo.” (“La mente es maravillosa. Engramas: las marcas de la experiencia en nuestro cerebro”).
“Su papel en la memoria.
Los engramas tienen un importante a la hora de permitir almacenar información de manera estable y recordar información previa: se trata de estructuras neuronales estables, que van a activarse de determinada manera y van a continuar funcionando del mismo modo a menos que se introduzcan cambios o nazcan nuevas sinapsis. Resultan fundamentales a la hora de permitir el almacenaje de la memoria, siendo pues la base biológica sobre la que se sustenta por ejemplo la repetición de determinadas conductas o maneras de reaccionar ante determinadas situaciones. Los engramas nos hacen sensibles a estimulaciones concretas y facilitan que reacciones a ellas de maneras previamente aprendidas.
Por ejemplo provoca una persona que haya sufrido algún tipo de agresión o abuso, ha generado cambios que ante estimulaciones parecidas (por ejemplo el contacto físico de alguien del sexo del atacante, aunque la persona que ahora se nos aproxima no nos esté atacando y no tenga malas intenciones) puedan llegar a reaccionar con miedo o a la defensiva. No por ello estamos diciendo que todos los engramas se correspondan con vivencias negativas o traumáticas, sino también con aquellas que nos generan emociones muy positivas. Por ejemplo, un niño termina generando engramas que relacionan a la figura materna o paterna con sensaciones de seguridad y protección, motivo por el que puede sentirse mal si no están, o buscar su cercanía en caso de malestar.
Hasta el momento hemos hablado principalmente del engrama como un circuito cerebral ligado al aprendizaje y a la memoria. Pero lo cierto es que los engramas no se limitan a esa esfera: si pensamos en los engramas como circuitos cerebrales que se ven activados por la información, aspectos como la percepción, la motricidad (cómo andar por ejemplo), el conocimiento (incluyendo la teoría de la mente), el lenguaje, la vivencia y expresión emocional también se ven determinados (si bien pueden introducirse modificaciones y cambios) por estas estructuras.” (“Psicología y Mente. Engramas: las huellas que las vivencias nos dejan en el cerebro”)
Relacionado con los engramas, abordaré el gran descubrimiento del Dr. Hamer.
“En la madrugada del 18 de agosto de 1978, se celebraba una fiesta de la aristocracia a bordo de un yate frente a las costas de Cavallo en Córcega, Italia. A poca distancia, sobre la cubierta de un barco cercano, dormía un joven Dirk Hamer, de 19 años, hijo de un prestigioso médico alemán el Dr. Ryke Geerd Hamer. A eso de las tres de la mañana, un príncipe italiano, Alberto de Saboya, saca su revólver y dispara, sin causa aparente, contra el joven durmiente. Dirk, gravemente herido es trasladado a Munich y fallece cuatro meses después en Heidelberg, el 7 de diciembre de 1978. El Dr. Hamer sufrió un dolor desgarrador que lo hundió en la tristeza. A ese dolor se le agregó la rabia al no hacerse justicia pues la investigación judicial se entrabó misteriosamente.
Cuatro meses después el Dr. Hamer desarrolló un cáncer testicular. Su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, sufrió varias enfermedades cancerosas que la llevaron finalmente a la muerte en 1985. El Dr. Hamer se preguntó si el desarrollo de los cánceres en su esposa y en él no tendría relación con este terrible e intempestivo sufrimiento. A pesar de su enfermedad saca fuerzas para iniciar una investigación. Encuentra que todos los pacientes con cáncer, habían sufrido un golpe psíquico inesperado o sufrimientos prolongados, vividos en silencio. Efectuando Resonancia Magnética en el cerebro en los pacientes con cáncer encontró una zona pequeña de inflamación que no producía ningún síntoma neurológico que fue calificada por otros radiólogos como una mancha, defecto de fábrica de la máquina.
El Dr. Hamer [1935-2017] obtuvo varias especialidades médicas: Radiología, Pediatría, Psiquiatría y Medicina Interna y estudió seis años la carrera de Física. El Dr. Hamer no sólo no estuvo de acuerdo con sus colegas radiólogos, de que se trata de una simple mancha, sino que además esa imagen aparece en el cerebro de todas las personas que sufren de cáncer; y algo más: según la ubicación que tiene en el cerebro corresponde a la ubicación del cáncer en el organismo. A esa mancha la bautizó: ‘Foco de Dirk Hamer’, en memoria de su hijo asesinado impunemente.
Lo importante de este descubrimiento es haber encontrado la relación entre el padecimiento emocional y el cáncer, algo que ya algunos médicos habían señalado pero no lo habían corroborado por no existir los métodos de diagnóstico como la Resonancia Magnética.” (“GeoSalud. La Nueva Medicina del Dr. Hamer”). Este hallazgo, llevó al Dr. Hamer a postular la siguiente ley psiconeurofisiológica: “El cáncer y otras enfermedades graves, se desarrollan como consecuencia de un acontecimiento vital traumático, agudo y que es experimentado en soledad”.
La meditación establece nuevas conexiones neuronales.
“La meditación puede provocar cambios considerables en las estructuras del cerebro. No lo dice un grupo ‘new age’, ni unos amantes de la pseudociencia o de la falsa espiritualidad, sino un equipo de psiquiatras liderado por el ‘Hospital General de Massachusetts’, que ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en ‘Psychiatry Research’, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.” (“Escola Gestalt de Catalunya. 8 semanas de Meditación bastan para cambiar el cerebro”). Además, como lo señaló el Gurú Sri Swami Sivananda: “la meditación crea nuevos patrones de pensamiento”.
El Kybalión, el texto que se le atribuye al dios egipcio Toth, a quienes los griegos llamaron Hermes Trismegisto (Tres Veces Grande), señala 7 Leyes Universales. La primera Ley, es la del Mentalismo y se basa en un aforismo que dice: “El todo es mente; el universo es una creación mental”. Somos seres co-creadores y por esta magnífica capacidad, nosotros decidimos qué crear en nuestra vida: abundancia o carencia; salud o enfermedad; alegría o tristeza; placer o dolor y así, en un largo etcétera.
Eduardo Flores Zazueta
3 comentarios en "¿Cómo se forman los Engramas o Bucles Neuronales?"
Excelente artículo y bases muy sólidas de investigación, gracias y esperando podamos seguir recibiendo tan fabulosa información un saludo afectuoso
Muy bueno este artículo, gracias por el mismo, por ordenar y poner en el mismo contexto, cosas que ya había visto de forma aislada.
Excelente discertación a favor de comprender la perfección de nuestras mentes que ligadas al ADN cuántico funcionan en patrones a favor del desempeño eterno y no del humano solamente. Que sucede según estos esquemas con la demencia senil ? O con el Alz Haimer? Hay una senda neuronal traída de otras experiencias para este tiempo? Me encanto muchas gracias Edu !!!