Cómo funciona la Psicología Inversa

Cómo funciona la Psicología Inversa

“La psicología inversa, es una técnica de persuasión que implica abogar por el comportamiento o creencia opuesta a la que realmente se desea que la persona adopte. Se basa en el fenómeno psicológico de la reactancia, donde una persona reacciona negativamente a la percepción de ser manipulada o que su libertad de elección está siendo amenazada, lo que la lleva a hacer lo contrario de lo que se le pide.” (“APAI. Psicólogos en Valencia. La psicología inversa, ¿te suena?”).

¿En qué se fundamenta?

“El principio fundamental detrás de la psicología inversa es la reactancia. Cuando a una persona se le dice que haga algo, especialmente si siente que su autonomía está siendo comprometida, puede sentirse inclinada a resistirse a esa directriz. Al sugerir la opción opuesta, se espera que la persona en su deseo de afirmar su independencia o de demostrar que no es fácilmente influenciable, elija la opción que el persuasor realmente desea.

Elementos clave para su funcionamiento.

  • Reactancia. La tendencia a resistirse a los intentos percibidos de control o coerción.
  • Deseo de autonomía. La necesidad humana de sentirse libre y en control de sus propias decisiones.
  • Percepción de manipulación. Si la persona detecta que está siendo manipulada, la técnica puede fracasar.

Origen y fundamentos.

La reactancia psicológica, desarrollada por Jack Brehm (1966). Brehm descubrió que, cuando una persona percibe que su libertad para elegir está siendo amenazada, aumenta su deseo de ejercerla. La psicología inversa se popularizó como herramienta en la psicología social y la comunicación, aplicada en educación, ventas, marketing, relaciones interpersonales y terapia conductual.” (“Psicopico. ¿Qué es la teoría de la reactancia psicológica de Brehm y cómo se relaciona con la psicología inversa?”).

Va de cuento.

“La historia del «Muñeco de Alquitrán» proviene de la tradición oral de los esclavos negros en las antiguas plantaciones del sur de Estados Unidos, y es uno de los muchos cuentos del Tío Remus. En ella aparece el Hermano Zorro, quien crea un muñeco con un trozo de alquitrán de pino y lo viste. Cuando llega el Hermano Conejo, se dirige al muñeco amablemente, pero este no responde. El Hermano Conejo se ofende por lo que percibe como la falta de modales del muñeco, lo golpea y, al hacerlo, queda atrapado. Cuanto más golpea y patea el Hermano Conejo al muñeco de alquitrán enfurecido, peor queda atrapado.

Ahora que el Hermano Conejo está atrapado, el Hermano Zorro piensa en cómo deshacerse de él. El indefenso pero astuto Hermano Conejo suplica: ‘Haz conmigo lo que quieras: ásame, cuélgame, deséllame, ahógame… pero por favor, Hermano Zorro, no me tires a ese zarzal’; lo que provoca que el sádico Hermano Zorro haga precisamente eso, pues cree ingenuamente que así le infligirá el mayor dolor posible al Hermano Conejo. Sin embargo, como los conejos se sienten como pez en el agua en matorrales como ese, el ingenioso Hermano Conejo logra escapar.” (“Wikipedia. Bebé de alquitrán”).

¿Cuándo se aplica la psicología inversa?

“Se utiliza cuando la persuasión directa no funciona o cuando se sospecha que la persona rechazará las órdenes o consejos explícitos. Suele aplicarse en contextos como:

  • Educación o crianza. Para motivar a niños o adolescentes rebeldes.
  • Ventas y publicidad. Para despertar curiosidad o deseo (‘Este producto no es para cualquiera’).
  • Psicoterapia conductual. Para ayudar a personas con resistencia al cambio.
  • Relaciones personales. Cuando un consejo directo generaría oposición.

Ejemplos Comunes.

  • Con niños. Un padre que quiere que su hijo coma verduras podría decir: ‘No te atrevas a tocar esas zanahorias, son solo para adultos’. Esto puede despertar la curiosidad del niño y el deseo de hacer lo que se le prohíbe.
  • En marketing y ventas. Un vendedor podría decir: ‘Este producto es tan exclusivo que probablemente no sea para todos’, lo que podría hacer que el cliente lo desee más para sentirse parte de un grupo selecto.
  • En relaciones personales. Si alguien quiere que su pareja le preste atención, podría decir en tono de broma: ‘No te preocupes por mí, estoy perfectamente bien aquí solo’. Esto podría provocar que la pareja se acerque.
  • En la autoayuda. A veces, para superar la procrastinación, uno podría decirse a sí mismo: ‘No voy a empezar este proyecto hoy, es demasiado grande’. Esto, paradójicamente, puede liberar la presión y hacer que la persona comience.

Ejemplo con el hijo.

Ejemplo con la pareja.

Consideraciones éticas y riesgos.

Aunque la psicología inversa puede ser efectiva en ciertas situaciones, su uso plantea importantes consideraciones éticas y conlleva riesgos:

  • Manipulación. En su esencia, es una forma de manipulación. Usarla de manera frecuente o con intenciones maliciosas puede dañar la confianza y las relaciones.
  • Falta de transparencia. No es una comunicación directa y honesta, lo que puede generar resentimiento si la persona se da cuenta de que ha sido engañada.
  • Efecto boomerang. Si la persona es consciente de la técnica o se siente demasiado controlada, puede hacer exactamente lo contrario de lo que se espera, arruinando el objetivo original.
  • No apta para todas las personalidades. Funciona mejor con personas que tienen una fuerte necesidad de autonomía o que son un poco rebeldes. Con personas más complacientes o que no reaccionan a la reactancia, puede ser ineficaz o incluso confusa.

El éxito de la psicología inversa depende en gran medida del contexto, la relación entre las personas involucradas y la personalidad del individuo al que se intenta influenciar.” (“Instituto Somos Valencia. Qué es, cómo funciona y cuándo aplicar la psicología inversa en niños y adultos”).

Nuestro cerebro no entiende la palabra “NO”.

Cuando has dicho, “Que no se me olviden las llaves”, es cuando se te olvidan, o “Que no se me olvide la cita”, simplemente se te olvida; peor aún, cuando estás a dieta y dices, “No debo de comer pan o tortillas” y es cuando más se te antojan. ¿Te ha sucedido?

“La ciencia nos ha enseñado que nuestro cerebro trasforma en imágenes las palabras que recibe. Cuando escuchamos una palabra conocida, nuestro cerebro lo ve como una imagen y no como un conjunto de letras. La expresión negativa no tiene una representación en imágenes para el cerebro, es por eso que cuando decimos ‘no quiero tal cosa’, el cerebro lo que ve es ‘la tal cosa’. Con los niños esto se hace más evidente y cuando utilizamos la NO, como: No grites, No corras, No toques… parece que siempre hacen lo contrario. En realidad lo que sucede es que su cerebro solo registra el resto de la frase sin reconocer el NO. Por lo tanto cuando le decimos a un niño ‘No puedes gritar’, su cerebro solo entiende el ‘puedes gritar’.

Eso explica por qué los niños en ocasiones, parecen hacer lo contrario a lo que les decimos, es que en realidad su cerebro capta solo lo positivo del mensaje. No es que sean desobedientes, sino que debemos cambiar nuestra forma de expresarnos para que registren lo que queremos que hagan. Por ejemplo, en vez de decir:

  • NO corras dentro en la cocina, camina despacio en la cocina por favor.
  • NO grites, hablemos en voz baja para que te entienda.
  • NO se toca, aquí solo se puede mirar.
  • NO le pegues, tratemos con amor y respeto a todos.

No solo los niños se sentirán mejor y responderán de la manera esperada, sino que si utilizamos frases positivas para solicitar lo que necesitamos también con los adultos. Por esto, para guiar la conducta, se recomienda usar un lenguaje positivo y dar instrucciones sobre lo que se debe hacer en lugar de lo que no se debe hacer.” (“Revista Brooke. ¿Cómo responde el cerebro con la palabra NO?”).

Con la campaña: “Di no a las drogas” (90’s), ¿qué crees que pasó?

“Una de las campañas antidrogas más emblemáticas, «Simplemente di no», surgió en la década de 1980 durante la administración Reagan. Impulsada por la primera dama Nancy Reagan, la campaña tenía como objetivo reducir el consumo de drogas entre los jóvenes mediante un mensaje sencillo: si te ofrecen drogas, simplemente di no.

En la década de 1990, «Dile no a las drogas» fue un eslogan popular en las campañas antidrogas. Este lema solía ir acompañado de anuncios que mostraban las consecuencias negativas del consumo de drogas, con la intención de impactar o disuadir a los jóvenes de experimentar con ellas. Este enfoque basado en el miedo, si bien llama la atención, ha sido criticado por su falta de eficacia. Las investigaciones sugieren que las tácticas alarmistas a menudo resultan contraproducentes, generando curiosidad en lugar de prevención. Al igual que la campaña «Di no a las drogas», no abordó completamente las complejas causas y efectos de la drogadicción, lo que llevó a muchos a cuestionar su impacto general.” (“Scottsdale Recovery. Una mirada retrospectiva: Las campañas publicitarias antidrogas de la vieja escuela y su impacto”).

En los años 90’s, en México y en el resto de los países de Latinoamérica, se adoptó la campaña estadounidense, “Just Say No”, de Nancy Reagan, la esposa de Ronald Reagan presidente de los EUA, con una campaña similar; cuyo slogan fue: “Di no a las drogas”, en la que se utilizó la fama de algunas personas públicas para reforzar el mensaje entre los jóvenes de la época. Pero, como nuestro cerebro no procesa el no, dicha campaña lo que realmente divulgó, fue: “Di a las drogas”. El resultado fue un mayor consumo de drogas en los EUA y en toda Latinoamérica. La pregunta que nos hacemos es, ¿lo hicieron a propósito?

El “Principio de No Contradicción”.

Este Principio se basa en la frase de Aristóteles: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Se refiere a uno de los principios fundamentales de la Lógica, conocido como el “Principio de No Contradicción”. Algo no puede tener simultáneamente una propiedad y su negación en el mismo sentido y contexto. En otras palabras, algo no puede ser verdadero y falso al mismo tiempo sobre la misma cuestión. Existe una exclusión lógica entre dos afirmaciones contradictorias. Por ejemplo, no se puede afirmar que está oscuro y que no está oscuro en el mismo lugar y momento. En otra proposición, (A) y su negación (-A), no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. Por una secuencia lógica, no se puede negar la nada, porque en ese momento se está afirmando que algo existe. Hasta biológicamente, en lo neurológico, el no, no se capta, no se entiende, ¡no existe! Todo Es.

“En el libro ‘El ser y la nada’, el filósofo, escritor y novelista francés Jean-Paul Sartre, distingue entre dos modos de ser: el ‘ser en sí’, fijo y completo, y el ‘ser para sí’, asociado a la conciencia humana y caracterizado por la libertad y la carencia. Sartre postula que la existencia humana introduce el concepto de la nada, un estado que surge de nuestra conciencia y nuestra libertad inherente.” (“Enciclopedia de Filosofía de Internet. Jean-Paul Sartre: El existencialismo”). Es decir, la nada es una creación de la mente humana. Hasta la llamada antimateria, no es que no exista, sino que es materia, pero con una carga energética negativa.

La Psicología Inversa, puede ser usada como una herramienta de manipulación y control, pero lo mejor y más honesto, es que sea una técnica empleada para el desarrollo de las personas y útil para alcanzar objetivos específicos, respetando la autonomía e integridad de los demás.

Eduardo Rafael Flores Zazueta

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