El Sagrado Tarot

“Se denomina Tarot a un conjunto de símbolos impresos en láminas o cartas atribuidos al legendario Hermes Trismegisto. El Dr. Gerard Encausse (1866-1916), célebre ocultista que ha firmado sus interesantes escritos con el seudónimo de PAPUS, en este libro nos revela los misterios y secretos del enigmático Tarot, que lo considera como un libro maravilloso que tiene carácter cosmológico, filosófico, iniciático, y adivinatorio, siendo la base sintético-simbólica de todos los pueblos antiguos, pues aunque el hombre común no ve en este conjunto de cartas otra cosa que un simple pasatiempo, los pensadores vuelven a encontrar en ellas la clave de una olvidada tradición esotérica.” (Introducción del libro “El Tarot de los Bohemios”. Papus).
El Tarot relacionado al Ocultismo.
“La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas divididas en arcanos mayores, los cuales son 22; y menores, que son 56. La palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa ‘misterio’ o ‘secreto’.

A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX las cartas del tarot fueron asociadas al misticismo y a la magia. La tradición comenzó en 1781, cuando Antoine Court de Gébelin, un clérigo suizo y francmasón, publicó ‘Le Monde Primitif’, un estudio especulativo sobre el simbolismo religioso antiguo y sus remanentes en el mundo moderno. De Gébelin argumentaba que el simbolismo del tarot de Marsella representaba los misterios de Isis y Thoth. Gébelin más tarde afirmó que el nombre tarot venía de los vocablos egipcios tar, que significa ‘real’, y ro, que significa ‘camino’, y que el tarot representaba, por lo tanto, un ‘camino real’ a la sabiduría.

El interés en el tarot para la adivinación a cargo de otros ocultistas llegó después, durante el auge de los herméticos, de la década de 1840, en la cual (entre otros) estuvo involucrado Víctor Hugo. La idea de las cartas como clave mística fue desarrollada posteriormente por Eliphas Lévi y pasó al mundo de habla inglesa por la ‘Orden Hermética del Alba Dorada’. Lévi, y no Etteilla, es considerado por algunos el verdadero fundador de las escuelas más contemporáneas de tarot; su ‘Dogme et Ritual de la Haute Magie’, de 1854, introdujo una interpretación de las cartas que las relacionaba con la Cábala. Aunque Lévi aceptó las afirmaciones de Court de Gébelin sobre un origen egipcio de los símbolos de las cartas, rechazó las innovaciones de Eteilla y su mazo alterado y arregló en su lugar un sistema que relacionaba al tarot, especialmente al tarot de Marsella, con la cábala y con los cuatro elementos de la alquimia. Por otro lado, algunos significados adivinatorios de Etteilla todavía son usados por algunos lectores de tarot.” (“Wikipedia. Tarot”).
Los 22 Arcanos Mayores y su profundo significado.



El Tarot forma parte del Conocimiento Iniciático.

“Antiguamente la ciencia era enseñada a ciertas personas apropiadas que habían logrado salir airosas de una serie de pruebas. Esta enseñanza se realizaba en el templo, bajo el nombre de misterios; el sabio tomaba entonces el título de sacerdote o iniciado. La ciencia era otrora secreta u oculta; de aquí el nombre de ciencia oculta, conferida por los contemporáneos a la síntesis antigua. Otra causa que explica la poca difusión de las elevadas enseñanzas está representada por la falta de medios de transporte y por las extensas rutas que era necesario recorrer para alcanzar los más importantes centros iniciáticos. Sin embargo cuando los iniciados presintieron que se aproximaba el momento en el cual todos sus conocimientos quedarían definitivamente perdidos para la humanidad, apelaron a todos los medios imaginables para salvar a la síntesis de la destrucción que la amenazaba. Para ello se les ofrecía tres medios principales:
- Las sociedades secretas, continuación directa de los misterios.
- Los cultos, expresión simbólica de las elevadas enseñanzas para el vulgo.
- Por último, los mismos pueblos transformados en inconscientes depositarios de la ciencia. (Pág. 4. Op. cit.).

El Avatar de esta Era de Acuario, el Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère escribió: “No pretendemos haber citado todos los textos necesarios para la Iniciación. No hemos hecho sino dar una ojeada sobre las obras que se deben estudiar. Además de las que se mencionan en este capítulo, hay que agregar las que se citan en el curso de este libro, y habría que añadir también el libro de los libros y summum de la representación esotérica: el TARO. El Taro (que se escribe a veces impropiamente Tarot por razón que conocen los ocultistas) es la síntesis teosófica del dogma primitivo de las religiones, según M. Falconnier. Estaba grabado sobre láminas de oro y contenía además del alfabeto hierático de los Magos, los signos del Zodíaco, los planetas, etc. Conservado y guardado en el Templo, sus claves adivinatorias no se revelaban más que a los que llegaban a los más altos grados del sacerdocio de Isis y bajo pena de muerte para los que revelaran los misteriosos arcanos. Por lo tanto es muy extraño que muchas personas pretendan conocer el Taro o ‘echar las cartas’ sin tener siquiera algunas nociones primarias de progresión matemática -sin hablar de los símbolos arqueométricos-, pues únicamente con las 22 láminas las transposiciones posibles se elevan a varios millones.

Papus señala también que el Taro es el libro más antiguo del mundo, pero para el uso exclusivo de los Iniciados. Personalmente creemos que el Taro ha sido en todas las épocas el vehículo principal de la Tradición Iniciática; su origen se pierde en la más remota antigüedad. Sus gráficas resumen todas las teorías, sus símbolos representan poderosas enseñanzas y su juego da el mecanismo de todas las combinaciones esotéricas. Evidentemente, el conocimiento indispensable de las letras hebraicas, del sánscrito, del egipcio, del griego, tanto como de la astrología, la geometría, la arqueometría, al mismo tiempo que de la iniciación masónica, rosacruz, martinista, etc. hace su estudio muy difícil, cuanto más la interpretación correcta de sus arcanos. Por lo tanto, resulta una paradoja irónica ver en todas las ciudades ‘cartomancianas’ operar en cualquier esquina declarando sus conocimientos de los ‘misterios’, haciendo alarde de las ‘láminas egipcias’, jugando con el ‘tarot’ y haciendo el ‘gran juego’ por algunas monedas. Mientras que en un gabinete de trabajo, un ocultista busca durante meses la solución de un solo detalle de la primera lámina del TARO. […]
El Nombre principal de la Divinidad (Yod-He-Vaw-He), que los hebreos han esquematizado ligándolas ordinariamente como Jehovah es pues la Causa Primera y aunque ternaria toma un aspecto cuaternario. Con Yod-He-Vaw-He se evoca inmediatamente a I.N.R.I., después de Azoth y finalmente ROTA, cuando se sabe que cabalísticamente estos términos tienen el mismo valor: Principio y Fin de todas las cosas, elemento primordial, etc. Tomamos esta última palabra, ROTA, para estudio, con el objeto de dar una idea de la descomposición sistemática de un término sagrado para la reconstrucción de un valor esotérico y se notará así que puede ser leído en todos los sentidos.

Cada una de estas letras simboliza un elemento y puede, pues, relacionarse a un signo del Zodíaco, a las series del Taro, a una personificación de la Esfinge, y el todo a su vez guarda relación con otras palabras sagradas en paralelismo con el enigmático axioma: Saber-Querer-Osar-Callar. Vamos ahora a descifrar el paradigma que en su primer sentido indica que es por medio de la Iniciación como se obtiene la Realización y que es gracias a Athor como se realiza el Verbo, entendido teológicamente.
- TORA. Es la Ley de Evolución (palabra hebrea).
- ORAT. Es el Lenguaje, el Verbo (del latín oratio).
- RATO. Es la Realización (del latín ratus, el que se realiza).
- ATOR. Es Athor o Athys, divinidad iniciática egipcia.
Así tenemos: EL VERBO SE REALIZA POR LA LEY DE ATHOR.
En otro sentido haremos la explicación del Determinismo y del Libre Albedrío para aprender a no volverse contra las Leyes de la Naturaleza, pero también a trabajar en la Realización (y la Transmutación) porque el que quiere: ¡puede! Será necesario seguir las reglas del equilibrio, de la Tradición, perfeccionarse, instruirse, iniciarse. Conocer el Destino (la Astrología), atender las predisposiciones, las influencias planetarias, la Rueda inexorable, pero también a trabajar siempre.
- ROTA. Es la Rueda del Devenir.
- OTAR. Es Escuchar (del griego otarión, orejita).
- TARO. Es el Destino y sus 22 Arcanos.
- AROT. Es Trabajar (del griego arotos, labor).
Tenemos pues esta vez: VIGILA ATENTAMENTE LA RUEDA DEL DESTINO Y TRABAJA.” (Págs. 276-277; 339-340. “Los Grandes Mensajes. Tercer Mensaje. Los Misterios Revelados”).
Relación entre el Tarot y la Cábala hebrea.

La relación entre el Tarot y la Cábala hebrea es profunda, simbólica y esotérica. Ambas tradiciones comparten un mismo propósito: revelar los misterios del alma, del universo y de la creación.

La Cábala es el lenguaje del fuego, el Tarot es su imagen reflejada en el agua. Juntas, constituyen el Alfabeto de la Creación: la combinación de letra, número e imagen para comprender la mente divina.
- Las 10 Sefirot representan los niveles de conciencia.
- Los 22 Arcanos Mayores son los puentes o caminos entre esas esferas.
- Así, el Tarot no predice, revela el estado y el proceso del alma en su viaje evolutivo.
Relación entre el Tarot y la Astrología caldea.

La relación entre el Tarot y la Astrología caldea —la más antigua raíz astrológica mesopotámica— es fundamental para comprender el origen cósmico del simbolismo del Tarot. Ambos sistemas se construyen sobre una visión hermética del universo, donde “lo que está arriba es como lo que está abajo”: los planetas, signos y estrellas reflejan las fuerzas que también actúan en el alma humana.

Como escribió Aleister Crowley en “El Libro de Thoth”: “Cada carta del Tarot es un símbolo de una fuerza del universo, relacionada con los planetas, los signos y los elementos”.
- El Tarot hereda la cosmología caldea a través de Egipto, Grecia y Alejandría.
- Representa el mapa de ascensión del alma por las esferas planetarias.
- Cada carta es un puente entre el macrocosmos (cielo) y el microcosmos (hombre).
El Tarot es la síntesis del Conocimiento Universal.

Finalizo citando al Profesor Guillermo Moncada: “El Sagrado Tarot, tal como lo llamaban los antiguos Magos y como debemos seguir llamándolo los modernos estudiantes de Ocultismo, es el maravilloso libro de 78 hojas sueltas que contiene una amplia enseñanza hermética, relacionada con un campo muy amplio de analogías. Sus resultados son verdaderamente sorprendentes y prueban de manera evidente que sí pueden vaticinarse ciertos acontecimientos del futuro”. (Pág. 18. “Símbolos Esotéricos”).
Eduardo Rafael Flores Zazueta
Un comentario en "El Sagrado Tarot"
Buen amanecer hermano Abuelo Eduardo mis más sinceras felicitaciones por tan esmerado ,meticuloso de lo que es el estudio hermético iniciatico fundamentado con arte,ciencia y filosofía astrología,astronomía numerología,kabala y más de esta gran sabiduría .
Se requiere un gran proceso de adquirir conocimientos teóricos ,prácticos hasta hacerse sabiduría desarrollando con disciplina la llave clave que es el papito interno ello es la facultad de la intuición y la prudencia del correcto hablar y proceder desarrollando la fuerza psiquica para interpretarlo .Felicitaciones por su excelente artículo 👍🏻 Agradecida con su compartir siga ust.adelante🤗🙏🏻🔥🌹🌹🌹🫂 OMETEOTL 🔥🌹🌹🌹