Saber, Querer, Osar y Callar, son los 4 Verbos del Iniciado

Los 4 Verbos del Iniciado, representan las cuatro virtudes fundamentales que un aspirante a la Sabiduría o al Conocimiento Trascendente debe cultivar para alcanzar un nivel superior de conciencia y poder. Estos Verbos son: Saber, Querer, Osar y Callar.
Qué representan.

Los cuatro Verbos no son entidades separadas, sino virtudes interdependientes y complementarias. No se puede dominar uno sin la influencia de los otros. Son un ciclo continuo de aprendizaje, voluntad, acción y discreción. El verdadero Iniciado comprende que el dominio de estos verbos conduce a un equilibrio armonioso y a un poder genuino que no se busca para fines egoístas, sino para el crecimiento personal y, en última instancia, para servir a un propósito mayor. El camino del Iniciado es un sendero de constante refinamiento de estas virtudes, llevando a una integración profunda de la mente, la voluntad, el espíritu y la acción.
Su trascendencia.
Saber. El verbo Saber, se refiere a la adquisición de conocimiento, pero no de cualquier conocimiento, sino de aquel que es profundo, esotérico y que ilumina la verdadera naturaleza de la realidad. Implica un estudio riguroso, la investigación y la comprensión de los principios universales, las leyes cósmicas y los misterios de la vida y del universo.

- Significado profundo. No es solo acumular información, sino comprender, discernir y asimilar la sabiduría de manera que se integre en el ser. Es la búsqueda de la verdad esencial más allá de las apariencias.
- Aplicación práctica. Implica la lectura de textos sagrados y filosóficos, la meditación, la contemplación y la experimentación personal para verificar las verdades aprendidas. Es el fundamento sobre el cual se construyen los otros verbos.
- Peligro si no se equilibra. Un exceso de saber sin los otros verbos puede llevar a la pedantería, la inacción o la parálisis por análisis. El conocimiento debe ser una herramienta para la acción y la transformación, no un fin en sí mismo.
Querer. El verbo Querer, representa la voluntad, la determinación inquebrantable y el poder de enfocar la intención para manifestar un propósito. Es la capacidad de tomar decisiones, de persistir a pesar de los obstáculos y de dirigir la energía interna hacia la consecución de un objetivo espiritual o mágico.

- Significado profundo. No es un simple deseo, sino una voluntad férrea que se alinea con la voluntad divina o cósmica. Es la capacidad de trascender los deseos personales y de actuar con una intención pura y dirigida.
- Aplicación práctica. Se manifiesta en la disciplina personal, la auto-superación, la concentración mental y la capacidad de resistir las distracciones y las tentaciones. Es la fuerza motriz detrás de toda manifestación.
- Peligro si no se equilibra. Una voluntad sin conocimiento puede ser ciega y destructiva. Querer sin saber puede llevar a acciones imprudentes o a la manifestación de resultados no deseados. Sin el saber y el osar, el querer puede ser ineficaz o incluso perjudicial.
Osar. El verbo Osar, se refiere al coraje, la audacia y la valentía para actuar, para experimentar y para enfrentar los desafíos y los miedos. Es la disposición a salir de la zona de confort, a tomar riesgos calculados y a aplicar el conocimiento y la voluntad en el mundo real.

- Significado profundo. Implica no solo la valentía física, sino también la audacia intelectual y espiritual. Es atreverse a desafiar las propias limitaciones, a explorar lo desconocido y a confrontar las propias sombras.
- Aplicación práctica. Se ve en la superación de los miedos, en la toma de decisiones difíciles, en la experimentación de técnicas esotéricas y en la capacidad de defender las propias convicciones. Es la acción que surge del saber y es impulsada por el querer.
- Peligro si no se equilibra. Osar sin saber puede llevar a la temeridad y a resultados desastrosos. Osar sin querer puede resultar en acciones sin propósito o en un coraje efímero. Es el equilibrio entre el riesgo y la prudencia.
Callar. El verbo Callar, es quizás el más sutil y a menudo malinterpretado. No se refiere simplemente a guardar silencio físico, sino a la discreción, la prudencia y la capacidad de mantener el secreto sobre los conocimientos y las experiencias internas. Implica el control de la palabra, del pensamiento y de la energía.

- Significado profundo. Es la contención de la energía, la no-divulgación de verdades sagradas a quienes no están preparados para recibirlas, y la protección de los propios procesos internos de desarrollo. Es también el silencio mental que permite la escucha interna y la recepción de la intuición.
- Aplicación práctica. Se manifiesta en la discreción sobre los propios logros o avances, en evitar la jactancia, en la prudencia al hablar de temas esotéricos con personas no iniciadas, y en la meditación silenciosa para aquietar la mente.
- Peligro si no se equilibra. Un silencio excesivo puede llevar al aislamiento o a la falta de comunicación necesaria. Sin embargo, en el contexto esotérico, la falta de discreción puede diluir el poder de las intenciones, atraer energías no deseadas o profanar conocimientos sagrados. Así lo dijo Jesús el Cristo: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. (Mateo 7:6).
El Misterio de la Esfinge.

El Avatar de la actual Era Zodiacal de Acuario, el Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère, menciona estos Sagrados Verbos. “Se sabe ya que este célebre axioma: Saber, Querer, Osar, Callar, se aplica a muchas explicaciones esotéricas y que está en la base de todo estudio iniciático. Hemos tomado desde el principio las correspondencias con las formas de la Esfinge de Egipto. […] Los Adeptos de los Colegios de Iniciación eran conducidos ante este enigmático símbolo y debían dar una explicación a esta misteriosa figura de piedra, antes de ser introducidos por la puerta que estaba entre las dos patas del animal sagrado y que conducía por profundas galerías a salas subterráneas. Es obvio que tenemos que pasar por alto la descripción de las Pirámides, de los templos, de los santuarios, agrupados en torno de la Esfinge en razón de analizar el enigmático axioma: Saber-Querer-Osar-Callar.
- SABER: Corresponde a la cabeza del hombre, es la Inteligencia.
- QUERER: Está simbolizado por el cuerpo del toro, es el Trabajo.
- OSAR: Equivale al león que personifica la Fogosidad.
- CALLAR: Está simbolizado por las alas del águila que caracteriza la Alta Filosofía. […]

Tenemos un nuevo presente en la mente: la Esfinge de Egipto con su cuerpo de Toro, sus patas, garras y cola de León, su cabeza de Hombre (el signo del Aguador que simboliza al Hijo del Hombre) y, finalmente el misterioso signo del Escorpión que se vuelve a encontrar en las alas del animal enigmático de Egipto, porque el profano ignora que el Escorpión (como la serpiente, el cocodrilo, etc.) era un Símbolo de los Colegios del Sur y del Oriente que fue reemplazado por los Iniciados Occidentales (de los Colegios del Norte) con el Tótem del Águila. Este misterio es por otra parte, el de la Transmutación (transformación de las fuerzas instintivas bajas del individuo en facultades magnéticas capaces de elevarse más allá del plano humano a fin de alcanzar esta realización espiritual que permite escuchar la música de las Esferas, como el batir de las Alas al transportarse por los Aires y como ‘arrebatada por un Águila’ según las palabras de Santa Teresa).
La Esfinge emerge del barro… Las fuerzas de las pasiones son transmutadas y sublimadas… la espesa materia pasiva del Toro se recalienta al fuego entusiasta del Amor del León, luego se remonta sobre el Ala (del Águila) de la quimera, de la poesía, de la devoción, de la intuición y de la inspiración… hasta el dominio de los Ángeles (el Aquarius).” (Págs. 338 y 344-345 “Los Grandes Mensajes. Tercer Mensaje. Los Misterios Revelados”).
Los 4 Verbos están representados por los 4 Elementos empleados en la liturgia de la Misa.

Un altar católico, también conocido como ara, es para la celebración de la Misa. Los 4 Elementos principales de un altar católico incluyen: el Fuego (velas, cirios), el Aire (incienso), el Agua (vinajeras: vasos que contienen el agua y el vino que se utilizarán en la Misa), y la Tierra (flores; el ara, es una piedra consagrada, que contiene reliquias de santos y es donde se celebra la Eucaristía). Y, ¿quiénes celebran la misa?, los sacerdotes*, porque ofician un ritual de Magia. El Maestre Serge Raynaud de la Ferrière, escribió: “Cuántos católicos hay que ignoran la potencia que se desprende de la hostia consagrada en la misa: la consumación de la comunión, es para ellos, sólo un rito que linda casi con la superstición. Por ello es interesante el aporte de esta experiencia, realizada en el ‘Instituto Metapsíquico de Francia’: la fotografía de una hostia corriente, no presentó más que un círculo blanco, en tanto que una hostia consagrada por un sacerdote, estampó en la placa sensible el mismo círculo blanco, pero ornado esta vez de múltiples rayos que se desprendían; lo que viene a atestiguar como una prueba flagrante, el magnetismo contenido en lo que se vería sin el acto divino, sólo como un simple pedazo de pan”. (Pág. 79. Los Grandes Mensajes. Primer Mensaje. La Venida del Gran Instructor del Mundo”). Ver el siguiente video: “Milagro eucarístico: hostia consagrada emana rayos de luz”, https://youtu.be/gB_w9UFWrko?si=taahYiT5fsgRgQJ3.

*”El sacerdote es una persona que se dedica con una designación específica a realizar actos de culto en una religión, en ocasiones como intermediario entre los miembros de una comunidad religiosa y la divinidad a la que estos adoren.” (“Wikipedia. Sacerdote”). “La Magia es la ciencia de comunicarse con Potencias supremas y supramundanas y dirigirlas, así como de ejercer imperio sobre las de las esferas inferiores; es un conocimiento práctico de los misterios ocultos de la Naturaleza… La Magia, es la ciencia y arte de utilizar conscientemente poderes invisibles (espirituales) para producir efectos visibles.” (Pág. 467. “Glosario Teosófico”. H. P. Blavatsky).
En el Tarot.

El mismo Maestre, apuntó: “Ya hemos hecho mención de las cuatro series del juego del Tarot (copas-espadas-bastos-oros) que también se relacionan exactamente con estas personificaciones de la Esfinge y que son al mismo tiempo las 4 constelaciones: Aguador (el Hombre) Toro-León-Escorpión (que es el Águila sobre la cual volveremos para explicar esta transformación). La COPA está ostentada por el Hombre (del signo del Aguador); la ESPADA es la espada de Mithra (el inmolador del Toro); el BASTO es la transformación y la simplificación de los primeros cetros de la realeza, representada por el LEÓN y, en fin, el ORO como todas las monedas puede estilizar muy bien el círculo que nimba la cabeza del Águila (que reemplaza el signo del Escorpión cuyo esoterismo será objeto de un estudio especial).” (Pág. 338. “Los Grandes Mensajes. Tercer Mensaje. Los Misterios Revelados”).
En la Biblia.

El simbolismo iniciático anteriormente expuesto, está representado en la Biblia. En el Antiguo Testamento en la “Visión del Trono de Dios” que tuvo el Profeta Ezequiel: “Las caras de los cuatro seres tenían este aspecto: por delante, su cara era la de un hombre; a la derecha, la de un león; a la izquierda, la de un toro; y por detrás, la de un águila”. (Ezequiel 1:10) y en el Apocalipsis de San Juan, en lo que él describe como la “Visión preparatoria”: “El primero de aquellos seres parecía un león, el segundo parecía un toro, el tercero tenía aspecto humano, y el cuarto parecía un águila volando”. (Apocalipsis 4:7).

“Los animales de la visión de Ezequiel, emblemáticos de los cuatro evangelistas. Esotéricamente simbolizan a cuatro clases de mundos o planos, así, el águila, asociada con San Juan, representa al éter o espíritu cósmico; el toro de San Lucas, simboliza a las aguas de vida, el elemento que todo lo engendra; el león de San Marcos, al fuego cósmico, energía impetuosa; la cabeza alada o ángel, junto a San Mateo, es la síntesis de los tres combinados en el intelecto superior del hombre y en la espiritualidad cósmica.” (Pág. 39. “Diccionario Esotérico. Compendio de términos orientales y occidentales relacionados con el ocultismo y términos afines”. Zaniah).
En la Cultura Mexica. Los Cuatro Rumbos del Universo (Nauhcampa).

- Saber. Para el Oriente, Tlahuiztlampa (lugar de la luz que nace). El Saber no es solo intelectual, es visión sagrada, es ver con los ojos del espíritu. Así como el sol ilumina la Tierra al amanecer, el Iniciado se ilumina al comenzar a comprender el orden invisible del universo.
- Querer. Para el Sur, Huitztlampa (lugar de las espinas; de la guerra sagrada). El Querer no es capricho ni deseo pasajero. Es decisión espiritual, la elección firme del camino del corazón. Así como el Sol alcanza su punto más alto al sur, el Iniciado, con voluntad clara, se alinea con su fuerza vital para avanzar sin rendirse.
- Osar. Para el Poniente, Cihuatlampa (de las mujeres guerreras caídas en el parto). El Osar representa la prueba del Iniciado: atravesar el ocaso interior, rendirse a lo desconocido, enfrentar sus miedos, y soltar lo que ya no es. Así como el Sol se pone, el guerrero espiritual se sumerge en la oscuridad para buscar el fuego oculto de su transformación.
- Callar. Para el Norte, Mictlampa (lugar de la muerte; la región del descanso eterno). El Callar representa el regreso al origen, la escucha profunda del alma. En el silencio se guarda la sabiduría verdadera, y se reconoce lo que no puede ser dicho. Así como en la medianoche todo reposa, el Iniciado se funde en el silencio para completarse.
En el Chamanismo y la Medicina Ancestral.

- Saber. Se recibe en estado ampliado de conciencia (plantas de poder, sueños, visiones, transmisión oral). Los sabios no acumulan datos, sino escuchan al mundo y aprenden de la Naturaleza.
- Querer. El curandero trabaja con su Voluntad alineada al Espíritu. No impone, sino dirige con propósito. El querer auténtico está libre de ego, es el deseo del alma.
- Osar. Es cruzar el puente al otro mundo. Enfrentar el miedo, la enfermedad, la sombra. Es el camino del “guerrero espiritual”.
- Callar. El silencio es parte del camino del sabio. Solo quien ha callado el ego, escucha al Espíritu. El verdadero conocimiento se transmite en presencia, no en discurso.
En el Hermetismo.

- Saber. El primer paso del Iniciado es la adquisición del Conocimiento. No un saber intelectual, sino gnóstico: saber de Sí, del Cosmos, de las Leyes Universales.
- Querer. La Voluntad es el eje que dirige la energía mágica. Es la intención consciente que dirige al Saber hacia una acción sagrada.
- Osar. Es actuar en lo desconocido. El coraje del alma para cruzar umbrales, romper ilusiones y transformarse. Es la prueba del “Guardián del Umbral”.
- Callar. El silencio es el sello del Iniciado. No por ocultamiento, sino porque lo sagrado no se profana con palabras. El callar es escuchar al Misterio.
En la Astrología.

- Saber. Le corresponde el Signo de Acuario: es la Mente Superior, el Conocimiento Universal. Es conocer el Orden Cósmico y recordar nuestra Esencia.
- Querer. Le corresponde el Signo de Tauro: es discreción, contención, resistencia y paciencia. Es encender la voluntad alineada al propósito.
- Osar. Le corresponde el Signo de Leo: es el propósito, la autoafirmación. Es cruzar los umbrales del alma con valentía.
- Callar. Le corresponde el Signo de Escorpión: es coraje, transformación, enfrentamiento. Es acallar la mente, para integrar el Misterio en el silencio.

Los cuatro Verbos del Iniciado no son conceptos aislados, sino una rueda de transformación interna, una Medicina Iniciática que puede encontrarse en todas las Grandes Tradiciones.
Eduardo Rafael Flores Zazueta