El Número 4, como un Principio Universal
“Habéis arreglado todo con medida, con número y con peso.” (A.T. Libro de la Sabiduría 11:20). “Hay que distinguir el estudio cuantitativo de los números, tal como es estudiado por los matemáticos actuales y el estudio cualitativo, como fue conocido en los centros de iniciación de la antigüedad.” (Pág. 5. “La Ciencia de los Números”. Papus).
El Número 4, Tétrada o Cuaternario

El Principio Dual, Ometeotl, para que se manifieste externamente, es por medio del número cuatro, como por ejemplo, en los 4 Rumbos: Mictlampa, para el norte; Huitztlampa, para el sur; Tlahuiztlampa, para el oriente y Cihuatlampa, para el poniente, dentro de la cosmovisión de los mexicas. Con el Cuaternario podemos comprender todas las manifestaciones de la Naturaleza. Tenemos las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. Las fases lunares: luna nueva, luna creciente, luna llena y luna menguante. Cuatro partes de un día: mañana, mediodía, tarde y noche; con cuatro temperaturas: tibia, caliente, templada y fría Los reinos de la Naturaleza: mineral, vegetal, animal y humano. La división anatómica del cuerpo humano: cabeza, tronco, extremidades superiores e inferiores. Las etapas de la vida humana: infancia (0-21 años); juventud (21-42); madurez (42-63) y vejez (63-84). En la expresión humana: física, energética, psíquica y cósmica. Los estados de agregación de la materia, conocidos como fases: sólido, líquido, gaseoso y plasmático. Las razas humanas: blanca, negra, amarilla y roja (cobriza); distribuidas en los 4 continentes tradicionales: Europa, África, Asia y América, respectivamente. Cuatro tipos de escritura: de izquierda a derecha, la occidental; de derecha a izquierda, la semítica; de arriba hacia abajo, la china y de abajo hacia arriba, la bustrofedón del África, etcétera.

Los médicos griegos como Hipócrates y Galeno, se basaban en dicho número para entender la naturaleza humana y la manifestación de las enfermedades. Claudio Galeno describió los cuatro síntomas clásicos de la inflamación: rubor, dolor, calor y edema. Por la medicina griega, sabemos la existencia de los cuatro humores o temperamentos de la naturaleza humana: bilioso, nervioso, sanguíneo y linfático.

Pitágoras, el filósofo y matemático de Samos, estableció que la esencia de las cosas estaba en los números y en las relaciones matemáticas, Principio crucial de toda proporción, orden, desarrollo y armonía en el Universo. El Principio que representa el número cuatro, los pitagóricos le llamaron Tétrada o Tetractys* y era mencionado en su juramento: “Por Aquel que ha revelado a nuestra alma la Tétrada sagrada que constituye el principio y la raíz de toda la Naturaleza”.

*”La tetractys encarnaba, pues, los elementos de tierra virgen, siempre pura por su constante renovación a través del cuádruple ritmo de vida. Esos cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, tenían su correspondencia simbólica en los cuatro principios básicos de la personalidad humana, el llamado cuaternario inferior. Cuatro eran las pruebas fundamentales de los misterios y cada una correspondía a un determinado elemento. La proyección de esas pruebas, a la vez efectivas y simbólicas se referían a los planos cósmicos y a sus correspondientes tónicas o cuerpos en la naturaleza humana. Así, la tierra correspondía al cuerpo físico, el soma de los griegos; el agua al eidolon, el doble o cuerpo astral; aire al nous, cuerpo mental o principio inteligible; el fuego al pirós o cuerpo espiritual, de amor o divino. Por tanto, el número cuatro se consagraba, en los Misterios, a Hermes, al ‘Conductor de Almas’. […]
La revelación por Pitágoras del misterio La transfiguración de la tetractys sagrada en década de plenitud, lo representaban los pitagóricos en esta simple fórmula 1 (mónada) + 2 (dúada) + 3 (tríada) + 4 (tétrada) = 10. De ello se infiere que en forma sintética, el simbolismo trascendente de la emanación (1); de la creación (2); de la evolución y manifestación divina (3); y de la naturaleza y sus ritmos biológicos (4), integran la década, constituida por todos los elementos terrestres, humanos y divinos. El diez representaba, pues, el número de la perfección, causa y efecto, origen y finalidad de todas las cosas y de todos los seres creados.” (Págs. 88 y 91. “Los Versos Áureos de Pitágoras – Los Símbolos y el Hieros Logos”. Josefina Maynadé).
El Círculo de Palabra.
A partir del jueves 16 de mayo del presente año, se inició un ciclo semanal transmitido vía Zoom, denominado Círculo de Palabra, en el que se expondrán temas de la Sabiduría Ancestral de las diferentes Culturas, resaltando los aspectos de acercamiento, o que tengan en común y respetando sus diferencias. Me correspondió abrir dicho ciclo con el tema: El Número 4, como un Principio Universal. Te presento la grabación de dicha exposición.
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Las siglas I N R I en latín, en realidad fueron Y H V H en hebreo.

“El famoso título en latín que todos conocemos era INRI, pero dice el Evangelio que primeramente estaba escrito en hebreo y luego en griego y latín. Por lo tanto, lo que se leía como acrónimo era en este orden: YHVH, INBI, INRI. El uso de estas tres lenguas son por el siguiente motivo: el hebreo era la lengua oficial del templo, el griego era la lengua cultural y comercial; y el latín era la lengua oficial del imperio romano.” (“La Voz de Yopal. INRI y el Nombre Oculto del Eterno YHVH”)
El Dr. Serge Raynaud de la Ferrière, Instructor de esta Nueva Era de Acuario, escribió en su magna obra “Yug Yoga Yoghismo. Una Mathesis de Psicología”: “Se sabe que la décima letra del alfabeto hebreo, la Yod, equivale a la I, la J y la Y. La inscripción sobre la cruz de Jesús de Nazareth: INRI, fue traducida como Jesus Nazareth Rex Ieudi, Jesús Nazareno Rey de los Judíos, o Vengo de Judea, he pasado por Nazareth, conducido por Rafael y soy de la tribu de Judá. La fórmula jesuita traduce: Justum Negare Reges Impíos, los Impíos Reyes Niegan al Justo. Los rosacruces prefieren: Igne Natura Renovatur Integra, toda la naturaleza es renovada por el Fuego.
Los teósofos la interpretan como In Nobis Regnat Iesuce, In Nosotros Reinas Jesús. Los hebreos a su vez traducen en el emblema físico de Iammim Nour Rouahh Iabescheh, Agua, Fuego, Aire y Tierra. Hanahpu, el Dios Heros del Popol Vuh en la biblia de los Mayas, era denominado en castellano como el Jefe Niño Rey de la Justicia. Los Grandes Maestros se han propuesto, entre otras señales del reconocimiento de su misión, tener inscritas en su nombre dichas cuatro letras, en equilibrio. Y así mismo esta es la clave o el ‘nombre que el Hijo del Hombre (el Cristo Rey en su retorno) debe llevar escondido en su nombre (Ver Apocalipsis III-12). Los cuatro elementos, los cuatro signos fijos del Zodiaco, los cuatro símbolos de la Esfinge, los cuatro evangelistas, las cuatro grandes razas con sus cuatro géneros de escrituras, etc., todo ello, así como las palabras INRI, IEVE, DEUS, ADAM, HEVA, AZOT, TARO, (TORA, ORAT, RATO, ATOR, ATHOR, etc.), son las mejores claves para la realización”. (Págs. 85-86. Op. cit.).

Más adelante el Maestre Raynaud de la Ferrière, apuntó lo siguiente: “En cuanto al cuaternario se le señala algunas veces como un TODO a realizar: por ejemplo, el famoso término I N R I. Las diferentes interpretaciones que se le pueden atribuir atestiguan sus diversos métodos posibles para la Identificación, tal como para la Yoga (que significa Identificación). Así el sistema de los yoghis ofrece una selección de ramas correspondientes a cada uno de los temperamentos: la Bakti (devocional), la Jnana (intelectual), la Hatha (enérgica), la Laya (hermética), la Raja (mental), la Karma-Yoga (de acción), etc…. Pero analicemos más de cerca nuestra sagrada palabra INRI.
- I (yod), en lengua sagrada: Yothi, que simboliza el Principio creador activo y la manifestación del Poder Divino.
- N (nun), letra pasiva, el Enano que constituye el molde de todas las formas, el arcano XIV (las dos Urnas).
- R (resh), la unión de los dos principios; este Rasith es la perpetua transformación de las cosas creadas (arcano XX).
- I (yod), nuevamente el Principio Creador para significar lo que está emanado y vuelve continuamente (sin principio ni fin) y siempre vuelve a emanar con ímpetu. (Misma idea que en el término divino: I E V E). Este vocablo I N R I es también una palabra sagrada en el sentido de que denota un profundo simbolismo al mismo tiempo que una modalidad de poder en cada letra; estamos en presencia de 4 elementos (Tierra, Fuego, Aire, Agua), que la física de los hebreos denomina: Iabescheh – Nour – Rouah – Iammim.
Al considerar esta síntesis ha nacido el siguiente axioma alquímico: IGNE NATURA RENOVATUR INTEGRA (Es por el Fuego que se renueva la Naturaleza). Evidentemente estamos aquí delante del problema de la transmutación espiritual, la fuerza kundalínica que se eleva para iluminar a los chakras y renovar la naturaleza humana, conforme las palabras de San Juan: ‘Necesario es para vosotros el nacer de nuevo’. […]
Jesús Nazareth Rex Ieudi (Yo vengo de Judea, he pasado por Nazareth conducido por Rafael y soy de la tribu de Judá) tiene indudablemente una significación mucho más profunda que Jesús de Nazareth Rey de los Judíos. Esta señal indicadora debe ser especialmente más educativa pues se puede constatar que los numerosos Grandes Instructores tenían ellos mismos en su nombre estas cuatro letras. Por ejemplo: iquYNgaRI, rey de los Tarascos en la ciudad de Petatzécuaro, o aún más, el Gran Mensajero de América, el Hunanphu que las Escrituras (Popol Vuh) denominan: Jefe Niño Rey de la Justicia. Este Y N R I podría muy bien aplicarse al Gran Maestre que viene a instruir a la Humanidad de una Era portándolo en su nombre como una palabra clave, indicando en seguida que supo todo lo de un yoghi (Ser Universal, Identificado, Unificado) habiendo pasado la experiencia del Nazareato (ofrendado a Dios, abnegación como la del Sannyasin de los hindúes, votos de Nazareth o mejor dicho, del Nazarita) y que ha sido reconocido como el Supremo de los Iniciados. Por lo cual podría darse una traducción más: Yug Nazaren Rex Initiate. La Biblia misma indica ‘que Aquel que vendrá para vencer’ tendrá esta indicación en su nombre (Apocalipsis III, vers. 12) como insignia de CRISTO-REY”. (Págs. 188-190. Op. cit).

El Tetragramatón (del griego antiguo (tetragrámmaton, palabra de cuatro letras), es el Principio Divino YHVH, designado por las cuatro letras hebreas YOD HE VAW HE, que forman los nombres hebreos de Jehová (Yehōvāh) y Yahveh. También son cuatro letras en otros idiomas para referirse a la Divinidad: en griego Theos, en latín Deus, en sánscrito Deva, en alemán Gott, en asirio Adad, en francés Dieu, en turco Esar, en árabe Alah y en español Dios.

Jesús el Cristo, como el Instructor o Avatar de la Era Zodiacal de Piscis, llevaba las sagradas letras hebreas YHVH, inscritas en su nombre, Yehosuah que significa Yahvéh Salva. El Instructor o Avatar para esta Era Zodiacal de Acuario, lleva las 4 letras sagradas YNRI, inscritas en su nombre: Serge Raynaud de la Ferrière. Y estas cuatro letras refuerzan la Misión actual que tiene Latinoamérica. En el Apocalipsis podemos leer lo siguiente: “Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios [YNRI] y el nombre de la nueva Jerusalén [LatINoaméRIca], ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo [RaYNaud de la FerRIère]”. (Apocalipsis 3:12).
Eduardo Flores Zazueta
Un comentario en "El Número 4, como un Principio Universal"
Excelente tema